sdm3

En pleno inicio del mes morado el Gobierno ha sufrido su primer golpe de envergadura que, al parecer, le va a dejar un gran moretón. Ni el tradicional turrón de doña Pepa podrá endulzar este amargo incidente, que ha causado indignación en toda la opinión pública y en el país en general.

El ahora ex consejero presidencial en temas de salud, el Dr. Carlos Moreno Chacón, fue descubierto por la filtración de unos audios, que se hicieron públicos, donde se le escucha armando un “negociazo” en el que se buscaba obtener beneficios personales, a través del Sistema Integral de Salud (SIS), aquel programa gubernamental que atiende a las poblaciones más vulnerables y de menores recursos. A la luz de los hechos, un escándalo de proporciones y, todo indica, un crimen imperdonable.

Frente a este suceso existen algunas versiones del cómo fue grabado Moreno. En un primer momento se deslizó la posibilidad de que hubiese sido chuponeado en Palacio, pero PPK y su premier Zavala fueron enfáticos en afirmar que no existió chuponeo. Se dice que habría sido grabado con un teléfono móvil en el despacho que tenía asignado en el mismísimo Palacio de Gobierno. Las preguntas que surgen inmediatamente es quién grabó a Moreno y con qué intenciones.

Sobre el cómo fueron obtenidos los audios el premier, Fernando Zavala, habló primero de fuente anónima y con el transcurrir de los días la versión se cambió por fuente “reservada”. Pequeña diferencia semántica. Tan importante como haber destapado este acto de corrupción,  es conocer en detalle cómo se descubrió. No puede quedar duda alguna en este aspecto porque, de lo contrario, se podría pensar que las viejas prácticas de regímenes pasados continúan aún.

Es evidente, en consecuencia, que se debe revisar y normar el rol de asesores, consejeros y secretarios presidenciales, aunque no tengan facultades discrecionales, supuestamente. Montesinos, Almeyda, Villafuerte y ahora Moreno, abonan en tal sentido.

Que si se reaccionó rápido o no frente al hecho, que si se conocían los antecedentes del denunciado, que si se le pretendió proteger, que si se agradeció por los servicios prestados, terminan siendo cuestiones de las que podemos discrepar, especular u opinar. Lo claro y cierto es que, hasta ahora, todo apunta a que se tomarán las acciones legales hasta las últimas consecuencias, ya que la Fiscalía ha abierto  investigación contra Moreno y los que resulten responsables.

De otro lado, no se puede negar que frente al acontecimiento se han cometido algunos errores, sobre todo de comunicación, pero la actitud final parece ser la correcta. Es relevante que toda esta reacción desde el Gobierno sea más que un mero gesto político. La acción, podría marcar la diferencia con otros gobiernos.

Dicen que de las crisis surgen oportunidades y ésta puede servir para revisar los servicios de salud que brinda el Estado. Y así, empezar a desarticular a cuantas mafias operan en las entidades públicas, en las contrataciones y licitaciones, algo que en los últimos  gobiernos no ha ocurrido, o lo que es peor, no se ha tenido la voluntad política para hacerlo. El porqué de ello, todos lo sabemos.

La lucha anticorrupción fue una de las banderas de campaña. Ahora toca que PPK demuestre que no fue un simple ofrecimiento sino una clara convicción. Por el bien del país y de su gobernabilidad, que así sea.

moreno-carlos

moreno-4-poder