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Como si el cuy estuviese seccionado y listo para preparar el potaje más popular de nuestra sierra peruana, así de partidas están las cosas al interior de las filas de los “ppkausas” en el seno del Congreso de la República. Las fricciones o discrepancias se hacen cada día más notorias. Y sobre todo en la coyuntura actual, en la que el pedido de facultades legislativas ha sido enviado a diez comisiones “técnicas” para su estudio y análisis. Una actitud que hace alarde de la fuerza de la que goza la mayoría fujimorista en el Parlamento y que, al parecer, la seguirán haciendo sentir. Es ahora cuando la bancada oficialista debiese mostrarse más sólida que nunca y batallar por sus propuestas de gobierno.

En épocas de la campaña electoral ya se advertían algunas facciones claramente identificables. La primera de ellas, no por orden de importancia, estuvo compuesta por la gente del hoy vicepresidente Martín Vizcarra, hombre de confianza de Pedro Pablo Kucynski (PPK). Una segunda a cargo de los ex “peruposibilistas”, que además fueron los voceros oficiales en la lid electoral y que, gradualmente, se fueron ganando un lugarcito en el nuevo partido. La tercera, conformada por la gente de Mercedes Araoz quién representa a los tecnócratas del partido y Gilbert Violeta, flamante y nuevo presidente del partido Peruanos Por el Kambio y según se dice, tuvo gran injerencia en la conformación de la lista congresal.

Hoy estas divisiones han empezado a generar diferencias y confrontaciones entre los congresistas de PPK. Lo ocurrido a raíz de la elección del nuevo Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez  Camacho, puso en evidencia que las pugnas en la propia bancada parlamentaria podrían acentuarse. Sobre ese suceso Kucynski declaró a los medios, muy a su estilo, que: «Son como colegiales que se tiran las cosas y después se amistan, y ya se amistaron”.

Esto, que no pasaría de ser una anécdota, ha terminado por desnudar lo que se preveía: una fragilidad partidaria que puede resultar muy peligrosa y que, además, puede darle a esta nueva agrupación política un horizonte muy corto. Hay facciones al interior del “ppkausismo” (por lo menos tres) y nadie puede negarlo.

La falta de una línea de conducción y de disciplina en el Hemiciclo, pueden terminar jugando en contra de las aspiraciones y metas del propio Gobierno. Es imperativo que PPK ponga orden, dé un ajuste de piezas y emprenda la construcción de un partido que, por ahora, no parece tal y que tiene que fortalecerse si no quiere tener como fecha de extinción el 2021. Menuda tarea que le espera al Jefe de Estado.

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Foto: Perú 21